¿Recesión?

09.07.2019

Por: Doris Belfort

Las fechas de inicio y terminación de las recesiones tienen un contenido político, en especial el inicio, ya que ningún gobierno quiere admitir que la economía esta en una recesión. Cuando suele suceder, siempre se incita al debate que, en la mayoría de las ocasiones, sube mucho de tono.

En Estados Unidos, el NBER estableció un comité específico para establecer las fechas de los picos y valles del ciclo económico, donde el comité está conformado académicos y funge como un arbitro oficial en el tema.

Dado lo anterior en poses cómo Estados Unidos, el NBER estableció hace muchas décadas un comité específico para establecer las fechas de los picos y valles del ciclo económico. El comité está conformado por cinco académicos y tiene el reconocimiento del arbitro oficial.

Por otro lado existen comités similares en Canadá, Europa, Brasil, Japón y España. La buena noticia es que hace algunos meses el INEGI convocó a un grupo técnico para recomendar las bases, reglas y logística para conformar un Comité de Fechado en nuestro país, cuya meta es arrancar a principios del año entrante. Pero .... ¿Será que tendremos que esperar tanto para saber si estuvimos en recesión o no?

Vamos a ver los números, existen dos formas de evaluar si hay o no recesión:

- Sistema de Indicadores Compuestos, Coincidente y Adelantado (SICCA): Este sistema fue construido a principio de la década pasada, replicando la metodología clásica sugerida por el NBER.

- Sistema de Indicadores Cíclicos (SIC): Este sistema fue construido en 2010 con una metodología que emplea la OCDE y que busca replicar los ciclos de crecimiento, que es el comportamiento cíclico alrededor de la tendencia de largo plazo.

De buenas a primeras, ambos índices ya identifican una situación que pudiéramos llamar recesión. Sin embargo, no queda tan claro. De entrada, el examen de diversos indicadores no apunta hacia una contracción generalizada en la actividad económica.

El primero de estos indicadores al examinar la serie, se observa un pico en septiembre del año pasado, con una tendencia a la baja de siete meses a abril de este año, que es el último dato disponible y que sugiere que estamos en una recesión. Aun así, habría que esperar unos cuantos meses más para ver si se confirma este comportamiento y asegurar que no haya revisiones en los datos.

Del segundo, sus conclusiones son algo más confusas, ya que no tiene reglas tan claras para determinar una recesión tal cual (por eso a veces se refiera a una "recesión de crecimiento" para distinguir la fase de una recesión clásica).

Para este caso, se identifican dos etapas descendentes, primero uno por arriba de su tendencia de largo plazo, que el INEGI llama "reducción de la brecha positiva con respecto a su tendencia de largo plazo" y finalmente cuando disminuye por debajo de la misma, que se llama "ampliación de la brecha negativa con respecto a su tendencia de largo plazo.

Sin embargo nótese que en ningún lado el INEGI utiliza la palabra recesión. En este caso, se identifica un pico en abril de 2018 para después observar 12 meses consecutivos a la baja, de los cuales los últimos ocho corresponden a la "ampliación de la brecha negativa".

Pero ... ¿que es una recesión clásica? Una recesión clásica, tal como lo definió el Buró Nacional de Investigación Económica (NBER) en Estados Unidos hace casi 100 años, se define como una contracción generalizada en la actividad económica, que se extiende a los mercados laborales y cuya duración sea de por lo menos seis meses. Es la parte descendente de un ciclo económico, que desafortunadamente no se observa directamente mediante un indicador en particular.

Sin embargo, ante la ambigüedad de su determinación, el INEGI ha construido varios índices "compuestos" de indicadores coincidentes para tratar de aproximar el comportamiento a través del tiempo del ciclo, que son los anteriores expuestos.

También es correcto aclarar que está ampliamente documentado que al inicio de cada nuevo sexenio, casi siempre la actividad económica sufre una importante desaceleración, o bien, entre en recesión. Por ejemplo, en 2013, al inicio de la administración de Peña Nieto, la economía sufrió una desaceleración significativa que casi clasifica como una recesión.

Es decir ese 2013 arrancó con un subejercicio del gasto público y una caída en la inversión privada en la primera mitad del año, para terminar con una tasa de crecimiento del PIB de tan solo 1.4 por ciento, la más baja de todo el sexenio. El nuevo gobierno tuvo que aprender a gastar, mientras que el sector privado tomó un respiro en lo que se aclaraba el rumbo. Las cifras oficiales señalaban que estábamos en una fase que el INEGI llamaba "recesión de crecimiento". Ante la situación que se presentó, surgió un debate acerca de que si estábamos en una recesión clásica o no. La conclusión fue que no, sino que simplemente fue un periodo de estancamiento..

Hoy por hoy, vivimos una situación parecida ha surgido ahora al iniciar el nuevo gobierno de López Obrador. Existe un visible subejercicio del gasto público, el consumo de los hogares se ha desacelerado y la inversión privada está estancada. ¿Estamos al borde de una recesión? El debate surge de nuevo ante el hecho de que varios indicadores (aunque no todos) apuntan en esa dirección ... Claro que la mejor respuesta la tiene su bolsillo cuando va a hacer la despensa.

Lo que hacemos en Mujeres, Política y Negocios  requiere de profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con las y los lectores y algo muy importante: independencia. Tú puedes ayudarnos a seguir. Sé parte del equipo. Suscríbete y apoya a la crítica constructiva libre.

Doris Belfort - Blog Político
Todos los derechos reservados 2019
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar